Octubre 24

Transformación: Principios para transformar su vida en un año, un día a la vez.

HEBREOS 12:5-13 SEÑOR: SEÑOR: RESUELVO AMAR TU DISCIPLINA Y ACEPTARLA CON HUMILDAD

“Debemos llegar a la meta a pesar de obstáculos que enfrentamos y los pecados y errores que cometemos por nuestra pecaminosidad.  Cuando Dios nos corrige, debemos amar sus actos de disciplina y aceptarlos con humildad.”

El escritor de Hebreos nos dice que no tomemos a la ligera la disciplina del Señor y que no nos demos por vencidos cuando Él nos corrija. Aprenda a identificar pecados que están produciendo la disciplina divina pues mientras no los haya abandonado, seguirá siendo disciplinado.

Otra determinación debe ser:

Quienes quieren vivir la vida de éxito y legado que Dios sabiamente planificó que vivamos deben aprender a amar la disciplina divina y aceptarla con humildad.

El escritor de Hebreos nos recuerda que nuestros padres pueden fallar, “pero la disciplina de Dios siempre es buena para nosotros, a fin de que participemos de su santidad.”

Quisiera decirle que automáticamente nos gozamos cuando somos disciplinados, pero le engañaría. Usted sabe cuanto sufrimos, no sólo por el dolor del proceso de disciplina sino también por las consecuencias que a veces experimentamos y el dolor que tenemos aquellos que realmente a nuestro Señor amamos.

Tenemos que admitir que “Ninguna disciplina resulta agradable a la hora de recibirla. Al contrario, ¡es dolorosa! Pero después, produce la apacible cosecha de una vida recta para los que han sido entrenados por ella.”

El proceso es doloroso pero el fruto de la justa acción divina siempre será beneficioso. Si aprendemos la lección y con actitud positiva, aceptamos la justicia divina, saldremos mejores y mas sabios y viviremos mejor vida y correremos mejor la carrera que tenemos por delante.

Nuestra obligación es tomar nuevas fuerzas, fortalecernos en el Señor y volver a la senda correcta porque solo así evitaremos daños mayores.

El pueblo de Dios había sido disciplinado en muchas ocasiones y el escritor dice que seguiremos siendo disciplinados mientras estemos en este mundo y que aun no hemos recibido toda la disciplina que debemos.

Nuestra reacción natural es molestarnos, angustiarnos. Algunos se sienten abandonados por Dios, pero es precisamente el Dios soberano quien esta involucrado para que en medio del dolor por nuestras fallas, seamos enseñados. Si está siendo disciplinado, agradezca a Dios, eso significa que usted es un hijo amado.

Muchos cristianos nunca salen de sus problemas y viven deprimidos y decepcionados porque viven disciplinados porque sus pecados no han abandonado y ellos ni siquiera lo han notado. Debemos evitar “todo peso que nos impida correr, especialmente el pecado que tan fácilmente nos hace tropezar” porque en forma natural sufriremos las consecuencias de nuestra desobediencia y en forma separada, la disciplina amorosa pero justa por nuestra rebelión.

Compromiso:

Señor, me comprometo a poner atención a los pecados que no he abandonado y por los cuales puedo estar siendo disciplinado por mi pecaminosidad, corregirlos y aceptar tu sabia disciplina con humildad.

LECTURA BÍBLICA: Hebreos 12:5-13

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