Junio 29

Transformación: principios para transformar su vida en un año, un día a la vez.

Quincuagésima primer semana: El pecado: sus raíces, nuestras consecuencias y nuestra victoria.

1 CORINTIOS 8:6-9  USTED PUEDE SILENCIAR SU CONCIENCIA, AUNQUE USTED NO LO PIENSE

“Algunos cristianos poco a poco se van acomodando al pecado. Insultan, maltratan, y mantienen costumbres pecaminosas que fueron parte de su antigua manera de vivir y no se sienten incomodos porque por rechazar los dictados de su conciencia en vez de vivir en santidad, eligen vivir en pecaminosidad.”

Si hay algo que usted sabe que es pecado y lo sigue haciendo y no siente acusación de su conciencia, usted ha ido lentamente silenciando su conciencia. Y si recibe acusaciones sobre aspectos secundarios que puede practicar o no porque es de elección personal, usted tiene una conciencia débil que debe ser fortalecida. Pablo escribe: “Sin embargo, no todos los creyentes saben esto.” Es decir, no todos los creyentes saben que pueden comer esa carne o para nuestros días seria, no todos los creyentes saben que pueden ir al cine o jugar futbol, o maquillarse, o tener un árbol de navidad o no hacerlo. Eso es una elección personal y no incluye pecado. Pablo dice a los Corintios: “Algunos están acostumbrados a pensar que los ídolos son reales, entonces, cuando comen un alimento que fue ofrecido a ídolos, lo consideran adoración a dioses verdaderos, y violan su débil conciencia.  Es cierto que no podemos obtener la aprobación de Dios por lo que comemos. No perdemos nada si no lo comemos, y no ganamos nada si lo comemos. Pero ustedes deben tener cuidado de que su libertad no haga tropezar a los que tienen una conciencia más débil.” (1 Corintios 8:6-9)

Es decir, cuando existe una conciencia débil, esa conciencia puede estar condenando donde no debiera.  Para que la conciencia opere plenamente y de acuerdo con la verdadera santidad, debemos tener en nuestra mente los claros conceptos de la Palabra de Dios. Quienes tienen una conciencia débil, necesitan buscar el crecimiento espiritual y conocer más de la Palabra de Dios, tener más intimidad con Dios, amarle de corazón, darle la importancia que tiene como Señor, para que su conciencia esté en armonía con las verdades bíblicas. La conciencia es animada y agudizada de acuerdo con la Palabra de Dios. El conocimiento sabio de la Palabra agudizará a la conciencia débil o refrenará la conciencia hiperactiva que acusa de lo que no debería acusar. Debemos mantener la conciencia limpia y Pablo ordena que los diáconos desarrollen su vida espiritual, vivan en santidad, y vivan comprometidos con el conocimiento de su fe y la palabra de Dios para que su conciencia se mantenga limpia.

En vez de acostumbrarse a ignorar su conciencia al punto que se vaya acostumbrando a su pecado y no le muestre su culpa, más bien responda rápidamente a sus señales de advertencia y cuando se sienta culpable, limpie su conciencia a través de la confesión dolorosa, sentida y permanente y busque con sinceridad el verdadero arrepentimiento, el perdón de las personas contra los que ha pecado, y con el Dios que desea mantener su comunión con usted. Sea sabio y mantenga siempre una conciencia limpia ante Dios.

Compromiso:

Señor, prometo examinar en que áreas de mi vida he acallado mi conciencia y sigo pecando como si no tuviera importancia. Prometo limpiar mi conciencia para que esté activa y me siga acusando.

LECTURAS BÍBLICAS: 1 Corintios 8:6-9, Tito 1:15-16

 

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