Agosto 31

Transformación: principios para transformar su vida en un año, un día a la vez.

2 TIMOTEO 2:22   EL DEBER DE PREPARARLOS ANTES DE LA LLEGADA DE LAS CITAS AMOROSAS

“Es imposible evitar el enamoramiento, pero es posible e indispensable que los padres orientemos a nuestros hijos para que sepan cómo actuar bíblicamente y sepan evitar herir y ser heridos en su relación cuando esa pasión llegue a la mente y el corazón.”

La premisa básica es que el enamoramiento no es amor sino una serie de sensaciones placenteras que motivan a una apasionada interacción que ha sido motivada por la emoción y la pasión. El enamoramiento es un encuentro de conexiones que nos hacen sentir bien y mientras más conexiones tenemos, más enamorados nos sentimos. Ese enamoramiento, esa interacción de pasiones es lo que motiva a tener citas amorosas.

Muchos padres me preguntan si deben o no autorizar a sus hijos a tener citas amorosas; y muchos hijos se preguntan a qué edad pueden comenzar a tenerlas. Estoy convencido que el problema no es si tener o no citas amorosas, sino mas bien cómo, dónde, cuándo y de la forma en que debemos tenerla, para que no las convirtamos en un proceso de satisfacción de nuestras pasiones, sino en otra etapa más de la vida en que nos sometemos a Dios y la enseñanza bíblica para continuar actuando basado en la ética divina y las sabias convicciones.

Mi respuesta a la pregunta de si puede un joven tener citas amorosas es, por supuesto que se puede, pero depende con quién, cómo, cuándo, dónde y cuál es el propósito de tenerlas.

En la Biblia no se nos muestran citas amorosas, pero se nos entregan los principios que deben regir toda relación. Estoy convencido que la mayoría de los padres desean que sus hijos se relacionen con alguien del sexo opuesto en las circunstancias y con los valores apropiados, pero ningún padre desea que por la falta de preparación desarrollen relaciones que en vez de ser hermosas y constructivas sean traumáticas y destructivas. Pueden decir “sí” a las relaciones caracterizadas por el respeto y la piedad, y un rotundo “no” a las que se caracterizan por la pecaminosidad. Por ser una persona amante de Dios y de la familia saludable, deseo que todo joven tenga citas amorosas piadosas y no citas apasionantes, con prácticas que excitan las pasiones normales y pueden conducir a las relaciones sexuales. La Biblia no dice que estimulemos las pasiones juveniles, sino que huyamos de ellas y que no practiquemos la inmoralidad sexual y reservemos las relaciones sexuales para la vida conyugal.

Compromiso:

Señor, me comprometo a orientar bíblicamente a mis hijos para que conozcan bien cuales son sus derechos y responsabilidades bíblicas.

LECTURA BÍBLICA: 2 Timoteo 2:22

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