Marzo 24

Transformación: Principios para transformar su vida en un año, un día a la vez.

EFESIOS 4:26-27 LA NECESIDAD DE PREPARAR LA CONFRONTACIÓN BÍBLICA

“Independientemente de la gravedad del conflicto y cuán difíciles sean las personas con quienes los tenemos, la obligación de todo cristiano sabio es actuar con sabiduría y prudencia, con ternura y amor, y cuando es posible, con fuerza, valentía y valor cuando lidiar con las personas es imposible.”

Este es un paso indispensable para llegar a la solución y puede que se restaure la relación, o que se decida mantener la relación a la distancia, o que se termine la relación, pero independientemente de los resultados, siempre debemos realizar este proceso bíblico de confrontación.

Cuando no confrontamos los conflictos de la forma que Dios nos ordena, somos desobedientes y orgullosos y por nuestra falta de humildad no podemos desarrollar relaciones bíblicas. El objetivo de la resolución de conflictos es la unidad de la familia, tener relaciones laborales sanas y la unidad en la iglesia, pues al no hacerlo, le damos la oportunidad al diablo quien aprovechará cada oportunidad para tomar ventaja de los conflictos que dejamos sin resolver. La orden de Pablo es que los cónyuges “no pequen al dejar que el enojo los controle. No permitan que el sol se ponga mientras siguen enojados, porque el enojo da lugar al diablo.” (Efesios 4:26-27).

La persona puede sufrir enfermedades, debilidades, conflictos emocionales, depresiones, y estrés por mantener la ira. Quien no realiza la confrontación sabia, se mantendrá enfermo, airado, resentido, amargado en vez de sanar y saber mantener a la distancia o apartar a los conflictivos de su vida.

Nuestro deber es lidiar con el conflicto y evitar que acumulemos emociones que nos destruyen y que están presentes en la mayoría de los conflictos. La orden divina no es que mantengamos el enojo, la ira, el resentimiento. La orden es clara: "Quítense de vosotros toda amargura, enojo, ira, gritería y maledicencia, y toda malicia." (Efesios 4:31). Cuando no procedemos bíblicamente frente a los conflictos, no mantenemos la paz, nos llenamos de ira, nos vamos amargando por cada nueva acción errónea de las personas conflictivas, seguimos acumulando y así, no hacemos caso de la orden divina que dice: “ Esfuércense por vivir en paz con todos y procuren llevar una vida santa, porque los que no son santos no verán al Señor. Cuídense unos a otros, para que ninguno de ustedes deje de recibir la gracia de Dios. Tengan cuidado de que no brote ninguna raíz venenosa de amargura, la cual los trastorne a ustedes y envenene a muchos.” (Hebreos 12:14-15).

Dios demanda que vivamos en paz y armonía, que resolvamos las diferencias y en lo que sea posible mantengamos la paz y cuando no es posible, nos separemos de los que no quieren la paz.

Compromiso:

Señor, me comprometo a prepararme para saber realizar confrontaciones bíblicas solo cuando es indispensable.

LECTURAS BÍBLICAS: Efesios 4:26-27, Hebreos 12:14-15

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