Septiembre 30

Transformación: principios para transformar su vida en un año, un día a la vez.

1 PEDRO 1:13-16  SEÑOR: RESUELVO CONTINUAR MI TRANSFORMACIÓN EN EL PRESENTE

“Debido a que Dios nos pasó de muerte a vida, ahora como salvados tenemos la obligación de con la ayuda de Dios, el poder de su palabra y nuestra responsabilidad personal, realizar la transformación total en todas las áreas en que Dios no realiza un milagro.”

Dios hizo el milagro de darnos la salvación y la nueva vida que de ninguna manera podíamos obtener. Pero Él nos encarga todo el proceso siguiente para que nos vayamos convirtiendo en la práctica en la nueva criatura que somos en posición. Si queremos ser exitosos al estilo del Reino y dejar un legado como Dios demanda, todo lo que somos y todo lo que pensamos debemos cambiarlo.

¿Qué debemos hacer para dejar de pensar con las ideas de este mundo? ¿Qué podemos hacer para dejar de definir la vida, las palabras, la moralidad, la política, la religión, como las define este sistema mundanal que es dirigido por el maligno? ¿Cómo podemos dejar de pensar de esa manera y pensar como mandan los principios del Rey? ¿Cómo podemos entender la voluntad y los decretos del Rey y amarlos y no solo entenderlos? Sin duda no ocurre automáticamente, sino todos los cristianos viviríamos sometidos a los mismos principios. Recuerde que la conversión es la obra del Espíritu Santo que nos da una nueva vida, la transformación es el proceso de cambio que con la ayuda de Dios vamos realizando al aplicar las verdades de la Biblia.

Cuando el Espíritu Santo nos convierte en hijos de Dios no borra toda la información que hemos adquirido y archivado en nuestra mente. Por eso, con la ayuda del Espíritu Santo todo creyente debe continuar su proceso de conocimiento de la verdad y la aplicación de ella para que se convierta en un cristiano maduro realmente transformado. Dios realiza la regeneración, nuestra responsabilidad es nuestra transformación.

En el Reino de Dios el Rey no permite ninguna idea, ninguna filosofía, ninguna forma de vida, ninguna actitud que no sea la que Él exige a todos los ciudadanos del Reino. Por medio del Espíritu Santo Dios realiza la regeneración y somos nuevas criaturas. Él soberanamente decide si en forma milagrosa cambia algunas de las actitudes y comportamientos pecaminosos que teníamos cuando éramos inconversos, pero, después de la regeneración milagrosa, nosotros somos los responsables de nuestra transformación.

Nuestro deber es conocer y aplicar toda la doctrina, toda la ética del Reino de Dios en toda área de nuestra vida y todos los días de nuestra vida. Así debe elegir vivir todo salvado que desea vivir con éxito y dejar un verdadero legado.

Compromiso:

Señor, te doy gracias por mi salvación y regeneración y prometo que haré todo esfuerzo para conocer la verdad para con la ayuda del Espíritu Santo y mi determinación personal, abandonar toda filosofía y comportamiento contrario a la ética bíblica.

LECTURA BÍBLICA: 1 Pedro 1:13-16

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