Agosto 30

Transformación: principios para transformar su vida en un año, un día a la vez.

SALMO 119:1-9   EL DEBER DE PREPARARLOS PARA ENTENDER SU DESEO DE PLACER SEXUAL

“Para manejar sabiamente los inevitables deseos de satisfacción sexual, es esencial que toda persona desarrolle su dominio propio pues las relaciones sexuales de quienes aman a Dios y quieren vivir conforme a sus mandamientos no comienzan cuando se tienen deseos sino cuando se tiene un cónyuge. Es deber de los padres enseñar a sus hijos a no vivir movidos por las pasiones de la sexualidad sino por los principios bíblicos que regulan la moralidad.”

Los jóvenes y los casados deben aprender a desarrollar su dominio propio pues aun los casados seguimos recibiendo la presión de nuestra naturaleza pecaminosa para hacer lo que Dios prohíbe. La Biblia nos enseña que Dios determinó que la vida sexual de intimidad integral debe comenzar en la vida matrimonial.

El deseo sexual no es malo, pero para los hijos de Dios existen reglas para satisfacerlo. Quienes rechazan la moralidad divina siguen sus pasiones, pero no lo deben hacer quienes quieren vivir la vida maravillosa que Dios diseñó.

Debido a los deseos que experimentan los jóvenes en su adolescencia, se preguntan cuál es la forma de satisfacerlo. El secularismo les dice que pueden masturbarse, o que pueden tener relaciones siempre y cuando se protejan de las enfermedades venéreas y eviten procrear un bebes. Los padres deben conocer la voluntad de Dios para poder comunicarla a sus hijos.

Dios nos creó con la necesidad de tener relaciones sexuales, pero la existencia del deseo apasionante no justifica que debe buscar su satisfacción pecaminosamente.

La vida sexual es tan apasionante que es difícil limitarla a lo que Dios permite y sin establecer límites morales bíblicos la practicamos pecaminosamente. La masturbación tiende a desencadenar una serie de prácticas y consecuencias, entre ellas buscar pornografía para estimularse o poner en mente alguna persona atractiva. La pornografía es de muy fácil acceso y pueden dejar esclavizados aun los casados.

La Biblia ordena: “Huye de las pasiones juveniles.” Los jóvenes y los adultos debemos desarrollar el músculo llamado dominio propio que ya hemos recibido pues es un fruto del Espíritu, pero al igual que el amor y la mansedumbre, este debe ser desarrollado y no todos los cristianos lo desarrollan. El joven que quiere vivir en pureza debe prepararse saludablemente para la vida sexual en el matrimonio, desarrollar el dominio propio y evitar no solo el pecado sino los involucramientos que pueden conducir a practicas pecaminosas.

Compromiso:

Señor, me comprometo a investigar con responsabilidad y diligencia cómo se debe practicar la sexualidad al estilo divino y comunicar a mis hijos las verdades bíblicas con excelencia.

 

LECTURA BÍBLICA: Salmo 119:1-9

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