Junio 19

Transformación: principios para transformar su vida en un año, un día a la vez.

Quincuagésima semana: jóvenes cristianos fieles en un mundo hostil.

MATEO 10:16-24  CONTESTE PREGUNTAS SIN DISCUTIR

“Las personas hostiles generalmente no desean aprender, desean pelear; el cristiano no debe involucrarse en discusiones sin sentido, debe mantener silencio hasta que alguien le pregunte y juzgue que la intención de la persona es realmente entender.”

No vamos a nuestros trabajos a evangelizar pues no nos pagan para ello, ni vamos a discutir, vamos a cumplir con las funciones que se nos han encomendado y debemos hacerlo con excelencia.

Los jóvenes no van a la universidad a discutir o evangelizar sino a estudiar. En esta sociedad hostil su evangelización es siempre con su conducta y con palabras solo cuando es solicitado.

Tiene que estudiar lo que está de acuerdo con su fe y lo que no está de acuerdo con nuestra moral o aun ataca a su fe. El cristiano debe conocer que piensa su enemigo y dar opiniones cuando se le solicita, en sus exámenes responder las preguntas que le hicieron de acuerdo con lo que los libros le enseñaron y puede responder que no está de acuerdo e indicar que esa es la respuesta que el profesor está buscando, pero no entrar en discusiones cuando está solo y con 20 compañeros y un profesor que quieren como leones devorarlo. Nuestro deber es ser astutos como serpientes y mansos como palomas.

En Hechos 17, Pablo nos brinda un modelo sobre nuestro deber de involucrarnos con la cultura con sabiduría. En su interacción con los atenienses, Pablo observa su realidad. Les dice a los atenienses que "mientras caminaba observé la gran cantidad de lugares sagrados.” (Hechos 17:22.) Pablo había leído su literatura, la conocía lo suficientemente bien como para citarla y la trató con el suficiente respeto como para incorporarla a su predicación acerca de Cristo para no ser negativo. Les dice: “Como han dicho algunos de vuestros propios poetas: 'Porque también nosotros somos linaje suyo'” (Hechos 17:28). Sin duda encontraremos personas hostiles con quienes no podremos ni conversar, pero otros en algún momento pueden mostrar interés y allí debemos mostrar nuestro respeto, nuestro conocimiento de sus ideas, su cultura, y lo que piensan en diferentes áreas. Debemos mantenernos alerta y saber cuando debemos hablar con sabiduría y cuando callar con sabiduría.

No debemos ser negativos, debemos manifestar nuestra oposición a lo que consideramos pecado, pero no discutimos para convencer, compartimos para conversar y también debemos enfocar en las cosas positivas que tienen quienes no comparten nuestra fe. Nuestro papel no es condenar todo, debemos unirnos sabiamente en los trabajos en equipo que debemos realizar para ser una contribución y no un obstáculo y ser parte de la solución de los problemas, no quienes los crean.

Sin embargo, al mismo tiempo, debemos estar atentos como Pablo y angustiarnos por el pecado de otros.  Pablo “Se angustió mucho al ver que la ciudad estaba llena de ídolos”. (Hechos 17:16). Pero nuestro dolor por la perdición en que se encuentran los enemigos de la fe solo nos debe conducir a estar atentos a cuando ellos den alguna muestra que sinceramente quieren conversar o que tienen interés y consultar sobre nuestra fe. Solo allí debemos estar listos a dar una respuesta amorosa, respetuosa y bíblica sobre lo maravillosa que es nuestra fe.

Compromiso:

Señor, me comprometo a saber cuando hablar inteligentemente, cuando callar, cuando apartarme sabiamente y estar preparado para dar una respuesta bíblica a los que realmente tienen interés de conocerte.

LECTURAS BÍBLICAS: Mateo 10:16-24, Colosenses 4:2-6

 

Comments (1)

Leave a comment

Your email address will not be published. Required fields are marked *