Abril 30

Transformación: principios para transformar su vida en un año, un día a la vez.

Cuadragésima tercer semana: principios de esperanza.

1 CORINTIOS 14:20  LA OBLIGACIÓN: CONVERTIRSE EN PADRES MADUROS

“Muchos padres cristianos crecen en su vida devocional pero no se desarrollan hacia la madurez y fracasan en su liderazgo familiar por permanecer en la inmadurez. “

Lamentablemente muchos padres cristianos no están involucrados en un proceso de desarrollo integral y nadie puede vivir una vida madura sin involucrarse en un proceso sistemático y bien planificado. Crecer en nuestra fe y crecer hacia la madurez no son opciones. Dios ordena que demos todos los pasos que Él soberanamente ha diseñado para que logremos vivir vidas maduras.

Ninguna persona que viene a Cristo, sin importar cuan inteligente sea, obtiene su madurez espiritual instantáneamente. Muchos padres no están dispuestos a pagar el alto precio que Dios demanda para que vivamos una vida productiva y por ello no tienen relaciones matrimoniales sanas. Recuerde que es imposible que un hombre con cuerpo de hombre y mente de adolescente y una mujer con cuerpo de mujer, pero mente de niña puedan tener una matrimonio saludable. No maduran y no aprenden a desarrollar bien su relación quienes no están dispuestos a pagar el precio del discipulado y por su desobediencia permanecen sin crecer, sin madurar, contentos con el Cristo Salvador, e ignorando las demandas del Cristo Señor. Sin vivir obedientemente y sumisos al señorío de Cristo es imposible que un cristiano viva la vida fructífera y realizada que Dios diseñó y es imposible desarrollar su familia de la forma bíblica que es una bendición para todos. Dios no solo ha provisto lo necesario para que vivamos realizados, sino que demanda que hagamos lo que Él diseñó, para que cumplamos el propósito de nuestra existencia y experimentemos la felicidad que resulta de ella. Dios en su palabra no nos sugiere que nos convirtamos en cristianos maduros, mas bien nos ordena que utilicemos todos los recursos que Él provee para que nos convirtamos en personas que actúan maduramente. Él sabe que solo así podemos vivir la maravillosa vida por el planificada soberanamente.

El cristiano maduro nunca puede seguir viviendo el estilo de vida inmadura que tenía antes de recibir la salvación. Su conversión es el proceso en transformarse en una persona madura y ese estilo de vida es total y radicalmente diferente del estilo de vida de quienes no conocen a Cristo, ni lo han aceptado como Salvador.

Tristemente muchos padres nunca alcanzan la madurez, aunque es la meta obligada de todo cristiano. Todo padre inmaduro es un desobediente que no sólo sufrirá las consecuencias de elegir comportamientos inmaduros por rebelión o ignorancia, sino que, además, será objeto de la disciplina divina por su desobediencia.

Físicamente ningún padre estaría contento de que su hijo no se siga desarrollando con el paso de los años. Con la buena nutrición y un organismo saludable, con el cuidado apropiado y siguiendo las reglas de la buena salud, todos debemos crecer hacia la madurez física, la madurez de nuestro cuerpo; así también debemos ir utilizando todos los medios por Dios diseñados para que crezcamos hacia la madurez espiritual.

La responsabilidad divina es proveer la salvación por gracia sin méritos humanos y la responsabilidad humana, es la transformación humana con el poder y los méritos divinos. La obligación de los líderes es entrenar a los padres y el deber de los padres entrenar a sus hijos.

Compromiso:

Señor, me comprometo a hacer todo esfuerzo para convertirme en una persona madura.

LECTURAS BÍBLICAS: 1 Corintios 14:20, Efesios 4:13

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