Febrero 24

Transformación: principios para transformar su vida en un año, un día a la vez.

Trigésima cuarta semana: resoluciones bíblicas de discípulos obedientes.

2 SAMUEL 7   SEÑOR: RESUELVO DECIRTE “SÍ SEÑOR” CUANDO TÚ ME DIGAS “NO HIJO.”

“Dios siempre cumple nuestros deseos cuando Él cree que son buenos para nosotros y están dentro de sus planes soberanos. Siempre que Él dice “NO” A lo que pedimos con fervor, es porque su negativa, aunque cause dolor, siempre será lo mejor y nosotros solo debemos responder: “Sí, Señor.”

En el Segundo libro de Samuel, capítulo 7 David se encuentra en un momento muy especial. Él era un valiente hombre de guerra a menudo envuelto en batallas sin descanso. Sin embargo, en ese momento estaba en descanso y tranquilo. Es un período de paz, de tranquilidad. David podía haber estado cantando, escribiendo, algunos de sus salmos junto al fuego, mientras disfruta la paz; tal vez viendo la riqueza que disfrutaba, se dio cuenta de algo y llamó a su amigo el profeta Natán y le dijo: “Mira, yo vivo en un hermoso palacio de cedro, ¡mientras que el arca de Dios está allá afuera en una carpa!”

Contento le comunicó al profeta: "Yo debo construir la casa de Dios, yo construiré el templo. " Es una maravillosa resolución de David.

Natán le dijo: "Anda y haz lo que está en tu corazón, porque el Señor está contigo". Magnifica idea, excelente plan, sin duda era la voluntad de Dios tener un templo y David estuvo dispuesto a cumplirla. Todo estaba listo, gran deseo, magnifico plan para cumplir la voluntad divina, amor por su Dios y la confirmación de su amigo el profeta. Pero hay momentos en que Dios nos sorprende diciendo NO a un maravilloso y buen deseo.  En esos momentos Dios sobrepasa el consejo de su profeta y pregunta: ¿Acaso eres tú el que me debe construir una casa en la que yo viva? Y responde, “NO” David, no eres tu, 12 Pues cuando mueras y seas enterrado con tus antepasados, levantaré a uno de tus hijos de tu propia descendencia y fortaleceré su reino. 13 Él es quien edificará una casa —un templo— para mi nombre, y afirmaré su trono real para siempre. 14 Yo seré su padre, y él será mi hijo. Si peca, lo corregiré y lo disciplinaré con vara, como lo haría cualquier padre.”

Muchas veces en nuestros momentos de alegría, de paz o en una conferencia después de escuchar la palabra, nosotros tenemos buenas visiones, grandes sueños, o somos motivados a iniciar nuevos proyectos y estamos convencidos que son hermosos y parte de la soberana voluntad de Dios, pero Dios nos puede decir: "No hijo, ese no es mi plan, ese es un propósito bueno y noble. Ese es un proyecto maravilloso; pero he determinado soberanamente que ese no es mi plan y con amor te digo “NO” a tan hermoso plan.”

Siempre que realicemos nuevos planes seamos dedicados, responsables, visionarios, y decididos a hacer lo mejor y dar lo mejor para el Reino de Dios. Pero nunca debemos creer que siempre nuestras buenas intenciones son las intenciones divinas.

Compromiso:

Señor, resuelvo aceptar que eres soberano y quiero aprender a aceptar contento un “sí” a los planes que has decidido aceptar y contento y humildemente aceptar un “no” a lo que sabiamente has decidido rechazar.”

LECTURAS BÍBLICAS: 2 Samuel 7; Proverbios 19:21

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