Enero 30

Transformación: principios para transformar su vida en un año, un día a la vez.

Trigésima semana: resoluciones bíblicas de discípulos obedientes.

LUCAS 1:35-48  SEÑOR: RESUELVO CAMBIAR LAS ACTITUDES QUE DIFICULTAN MI ÉXITO PERSONAL

“No pueden lograr el éxito los cristianos que no dedican tiempo y esfuerzo para conocer la voluntad divina o que conociéndola prefieren practicar sus ideas humanas fáciles de seguir, y eligen actitudes que dificultan el éxito que deben conseguir.”

Fracasa el cristiano sincero que no entiende la voluntad de Dios o el cristiano rebelde que entendiéndola prefiere no practicarla. Fracasa el cristiano que elige un conocimiento y un crecimiento selectivo, es decir, elige las áreas que va a crecer y rebeldemente mantiene acciones y actitudes que sabe Dios ordena que cambie.

Nuestro éxito en la vida está directamente relacionado a la cantidad de obediencia a la voluntad divina y a la cantidad de control que permitimos que Dios tenga en nuestra vida. Es muy sencillo: más control humano, fracaso. Máximo control divino, éxito. Cuando enfrenta conflictos en su matrimonio, cuando enfrenta problemas en su vida laboral, ¿Quién controla sus acciones y actitudes? ¿Dios y sus principios o usted y sus emociones?

El éxito no es un fin, lo vamos viviendo cada día. Debemos vivir haciendo lo que Dios quiere, debemos hacer siempre y en toda circunstancia lo que Dios ordena. “Dijo el Señor: ¿Quién es el mayordomo fiel y prudente al cual su señor pondrá sobre su casa para que a tiempo les dé su ración?  Bienaventurado aquel siervo al cual, cuando su señor venga, lo halle haciendo así.” (Lucas 12: 42-43)

Este último versículo es muy predicado en ciertas congregaciones y enseñan a la gente que “haciendo así” es asistir a la congregación, ofrendar, diezmar, evangelizar porque si no lo hacen, y si viene el Señor y no los encuentra haciendo así, se perderán. Lo que Dios demanda de sus hijos es que seamos buenos mayordomos de nuestro espíritu, mente y cuerpo y cuando lo somos podemos adorar, orar sin estorbos, diezmar, ofrendar, evangelizar, etc. Solo somos buenos mayordomos los que cuando Cristo regrese nos encuentre haciendo así, es decir, siendo mayordomos fieles y prudentes de los recursos que nos ha dado. Entonces el éxito es que, siempre, segundo a segundo, día a día, Dios nos vea haciendo así, como Él manda. El éxito lo vivimos cada día no al final de la vida.

Eso nos obliga a examinar qué actitudes erróneas estamos eligiendo y que dificultan la consecución del éxito que Dios demanda.

Cuando Cristo regrese o cuando termine nuestra vida, Él quiere hallarle haciendo así. Primero, que sea un hijo genuino de Dios y no un religioso. Si no lo encuentra así, le espera el infierno. Segundo, que sea un buen mayordomo, que viva la fe, la doctrina, la moral que Él exige. Si no lo encuentra haciendo así, tendrá pérdida en el juicio a los creyentes, no para salvación, sino para recompensas.

Compromiso:

Señor, me comprometo a asegurarme que soy tu hijo, y evaluar qué tipo de mayordomo soy. Con sabiduría lucharé por abandonar todas las actitudes erróneas que impiden mi éxito personal.

LECTURA BIBLICA: Lucas 1:35-48

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