Julio 22

Transformación: principios para transformar su vida en un año, un día a la vez

Tercera semana: usted y la vida piadosa.

1 TIMOTEO 4:7-8  UNA VIDA DISCIPLINADA: Esencial para vivir piadosamente.

“Así como es imposible que una persona sin una buena alimentación y sin hacer ejercicios físicos viva saludablemente, así es imposible vivir piadosamente sin practicar determinadas disciplinas espirituales que nos permiten vivir como Dios demanda.”

Mi meta en esta semana es que aprenda a desarrollar una vida piadosa. Nuestro mas serio problema en la vida cristiana no es la falta de asistencia a una congregación, la falta de pasión por el evangelismo, la falta de apoyo financiero, la falta de oración o la falta de estudio de la Palabra, sino la falta de intimidad con el Todopoderoso. Para tener intimidad, existen ciertas disciplinas y prácticas bíblicas que estudiaremos los próximos días pues estas nos ayudan a mantener los canales espirituales abiertos y nuestro corazón inclinado y enfocado en Dios. Aprenderá a tener devoción, como apropiarse de la verdad, la sencillez en la vida cristiana y entre otras, a desarrollar dominio propio. Estas disciplinas no pueden salvarnos, ni siquiera pueden producir una vida santa, cuando las practicamos evidencian la santificación que ya ha sido provista por Dios.

Pablo ordena a su discípulo: “Desecha las fábulas profanas y de viejas. Ejercítate para la piedad, porque el ejercicio corporal para poco es provechoso, pero la piedad para todo aprovecha, pues tiene promesa de esta vida presente y de la venidera.” (1 Timoteo 4:7-8)

En palabras sencillas, Pablo nos dice a nosotros: “Desecha las ideas de quienes han envejecido en la congregación, pero no han madurado, cuidado pues sus ideas legalistas religiosas parecen doctrina genuina. Ellos quieren enseñar a vivir una vida cristiana que no conocen. Toma en serio a Dios, ten intimidad con Él. Aprende la devoción genuina y aplica la verdad y otros ejercicios espirituales para que logres vivir piadosamente. ¡Nada de vida sedentaria y nada de sobrepeso espiritual, por favor!

El ejercicio físico es útil, practíquelo, pero no evite la práctica de las disciplinas espirituales que le enseñaré, le permitirán tener intimidad con Dios y le prepararán para la eternidad.”

Y ahora, por favor, no mienta. Hágale a Dios la siguiente promesa:

“Señor, prometo que haré todo esfuerzo para ser un buen mayordomo de mi vida y organizarla para practicar con regularidad los ejercicios espirituales que aprenderé y que son las herramientas para una vida de intimidad que me motivan a vivir en santidad.”

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